Amélie Gabrielle Boudet, nació en Thiais, comuna del Departamento parisiense de Valle del río Marne (parte sudeste del antiguo Departamento del Sena), el 23 de noviembre de 1795.
Hija única de Julien-Lois Boudet, propietario y escribano –por lo tanto un hombre de buena posición social, y de Julie-Loise Seigneat de Lamcombe.
Al mostrar desde temprano un gran vivacidad y un fuerte interés por los estudios, ella no fue un problema para sus padres, a la par de una fina educación moral, le proporcionaron esmerados dotes intelectuales. Después de cursar la escuela primaria, se estableció en París con la familia e ingresó en una Escuela Normal, donde obtuvo el diploma de Profesora de Enseñanza Superior. Era profesora de Letras y de Bellas Artes, con inclinación a la Poesía y el Dibujo.
Culta e inteligente, llegó a publicar tres obras:
“Cuentos Primaverales” (1825)
“Nociones de Dibujo” (1826)
“Lo Esencial en Bellas Artes” (1828)
Viviendo en París, en el mundo de las letras y de la enseñanza, quiso el destino que un día la Srta. Amélie Boudet se encontrase con el Prof. Hippolyte León Denizard Rivail.
De estatura baja, pero bien proporcionada, de ojos pardos y serenos, gentil y graciosa, vivaz en los gestos y en la palabra, que denotaba una profundidad de espíritu, Amélie –que además sumaba a todos estos predicados una sonrisa tierna y bondadosa-, luego se hizo notar por el circunspecto Prof. Rivail.
El 6 de febrero de 1832 se firmaba el acta de matrimonio. Ella tenía 9 años más que él, pero su jovialidad física y espiritual era tal que aparentaba, a vista de todos, tener la misma edad del marido. Nunca esta diferencia fue un obstáculo para la felicidad de ambos.
Prueba de la delicadeza de este amor, es la descripción que hace Léon Denis -registrada en las Memorias del Congreso Espírita de 1925-. Se deparó en la escena en que demuestra la personalidad gentil de Kardec y el amor por Amélie: “Lo encontré sobre un pequeño banco, junto a un gran cerezo, recogiendo frutos que lanzaba a la Sra. Allan Kardec, escena bucólica, que contrastaba con graves preocupaciones“.
La esposa de Denizard Rivail, le dio todo su apoyo en el Instituto fundado en 1826 y su colaboración habría de extenderse a través de los años.
En Gaby -como la llamaba su esposo-, Kardec tuvo siempre a la compañera que lo apoyaba en los días difíciles del Espiritismo. Juntos enfrentaron las pérdidas materiales, las calumnias que se elevaban contra el Codificador de la Doctrina Espírita, las dificultades en la sociedad parisiense, la crítica mordaz que brotaba de los periódicos. Pero también juntos vieron nacer la consoladora Doctrina de los Espíritus, amaron la educación y las artes, estimularon el bien y la caridad. Nunca tuvieron hijos (según consta en la Revue Spirite de 1862) pero dejaron millares de hijos espirituales.
Allan Kardec no se olvidó de todo lo que hizo su esposa por él y lo registró en la Revista Espírita (año 1865, página 164); al hablar de sus sacrificios en pro del Espiritismo, dijo textualmente: “Mi mujer se adhirió plenamente a mis intentos y me secundó en mi laboriosa tarea, como hace aún, a través de un trabajo frecuentemente por encima de sus fuerzas, sacrificando, sin pesar, los placeres y las distracciones del mundo a los cuales por su posición familiar se había habituado".
Ante la inesperada partida de Rivail (31 de marzo de 1869), Amélie pasa a ser la protagonista y toma las principales decisiones del movimiento espírita francés, contando con la ayuda de Pierre-Gaetan Leymarie -amigo y colaborador del matrimonio-.
Poco tiempo después, Amélie como única heredera y propietaria de los derechos de los libros doctrinarios, de la Revue Spirite y probablemente la mayor accionista de la Librería Espiritista y de Ciencias Psicológicas, dona el excedente anual de dichos beneficios a la Caja General del Espiritismo, que confía a un tesorero encargado de la gerencia de los fondos. En Septiembre de 1869, se constituye una Sociedad Anónima con el capital acumulado de la Caja General; que en 1874 se transforma en Sociedad Continuadora a pedido de Madame Kardec, quién años después lega todos sus bienes a esta Sociedad.
A pesar de su avanzada edad Mme. Kardec, demostraba una voluntad de trabajo fuera de lo común. Gracias a su visión, empeño y devoción, la Doctrina pudo crecer a pasos agigantados.
Mme. Kardec desencarnó el 21 de enero de 1883, a los 87 años. Su cuerpo fue sepultado junto al de su esposo.
Pierre-Gaetan Leymarie, por ocasión de la desencarnación de Amélie, reveló cuán importante fue ella en la estructuración del Espiritismo: “La publicación de “El Libro de los Espíritus” y la “Revue Spirite”, se debió en gran parte a la firmeza de ánimo, a la insistencia y perseverancia de Madame Kardec”.
Fuentes consultadas:
• Florentino Barrera, “La Sociedad de París”
• Florentino Barrera, “Resumen Analítico de las Obras de Allan Kardec”
• Zêus Wantuil – Francisco Thiesen, “Allan Kardec – el educador y el codificador”
• Revista Espírita, Fundada en 1858 por Allan Kardec, Edición en Español, N° 4, Año 2004.