El Profesor Rivail, por consejo de Zéphyr (espíritu protector de la familia Baudin), adopta el seudónimo de Allan Kardec que le fuera propio en una encarnación como druida por tiempos de Julio Cesar. Optar por un seudónimo le permitía separar su vasta bibliografía pedagógica con la que había alcanzado renombre.
Los druidas eran sacerdotes celtas. El Celta era un pueblo de las Galias (en el oeste europeo), guerrero, creyente en la reencarnación y que gozaba de vislumbres democráticos.
El historiador espírita Canuto Abreu narra un hecho por demás interesante. Los Baudín, cuyas hijas estaban dotadas de mediumnidad natural consultaban asiduamente las mesas en la Isla de la Reunión, antigua colonia francesa en el Índico, de donde procedían. Una noche Zéphyr, Espíritu familiar que había encarnado en la Galias, les propone un viaje a París donde debía encontrarse y relacionarse con un amigo que fuera antiguo sacerdote entre los druidas por época de Julio César. Coincidiendo con otros intereses concluyen por emprender este largo viaje, que esperan no les retendrá por mucho tiempo. Arribando a Marsella en 1855, los Baudín venían en busca del amigo druida. Por ese motivo, fueron los más sorprendidos cuando a modo de directriz Zéphyr le sugiere a Rivail el seudónimo de Allan Kardec para las obras espíritas.
El profesor Cicero Pimentel, conocido investigador brasileño explica las raíces de este nombre. Allan expresa “Harmonía”, Kart “Cuarta” y Ec “grande”, que puede bien interpretarse como “Cuarta Gran Harmonía”, insinuando una prerrogativa religiosa por investir el druida la dignidad de filósofo.
Fuentes consultadas:
• Allan Kardec, “Obras Póstumas”
• Florentino Barrera, “La Sociedad de París”
• Florentino Barrera, “Resumen Analítico de las Obras de Allan Kardec”
• Zêus Wantuil – Francisco Thiesen, “Allan Kardec – el educador y el codificador”