Johann Heinrich Pestalozzi conocido en los países de lengua española como Enrique Pestalozzi, fue un pedagogo suizo y reformador de la pedagogía tradicional, pues dirigió su labor hacia la educación popular. Fue el profesor de Hippolyte León Denizard Rivail (Allan Kardec).
Su padre, cirujano, falleció cuando él tenía 6 años; así, la formación del niño fue predominantemente maternal y desarrolló en él un carácter sentimental y tímido.
Estudia en el colegio de humanidades de Zurich, a los 18 años, y después empieza la carrera de Teología; pero la lectura de Rousseau le hace abandonar su meta eclesiástica. Inicia estudios de jurisprudencia y luego dedica un año al aprendizaje de técnicas agrícolas con un ingeniero.
En 1775 abrió en Neuhof una escuela para niños pobres inspirada en el modelo del Emilio de Rousseau, cuyos discípulos no lo eran instruidos por él sino también empleados en trabajos remunerativos. El proyecto fracasó, como también otro similar que llevó a cabo en Stans.
En 1797 publicó “Mi investigación sobre el curso de la naturaleza en el desarrollo del género humano”, su obra de mayor repercusión. Reemprendió sus prácticas pedagógicas en un castillo cedido por el gobierno, en Berna, experiencia que reflejó en su obra “Cómo Gertrud enseña a sus hijos” (1801).
Tras la Revolución suiza de 1798, el Gobierno suizo confía a Pestalozzi (que colaboraba políticamente con él) la educación de los huérfanos de guerra y niños pobres de la región. Con esta experiencia, que dura siete meses, Pestalozzi se va adentrando en el mundo de la educación.
En Yverdón (1804-1825), la institución docente de Pestalozzi alcanza su plenitud y un renombre internacional, él va perfeccionando y difundiendo su método.
En 1811, él y sus colaboradores mencionan el sistema pestalozziano con el nombre de “Educación muy elemental”, que consiste en hacer que el proceso de desarrollo humano (sensitivo, intelectual y moral) siga el curso evolutivo de la naturaleza del niño, sin adelantarse artificialmente al mismo. La educación es vista como una “ayuda” y la actividad educativa y docente como un “arte”. Siendo el núcleo fundamental de la educación: la familia.
Para Pestalozzi, la finalidad de la educación es conseguir que el hombre desarrolle capacidades humanas en su triple actividad: Espíritu: vida intelectual, Corazón: vida moral, Mano: vida práctica. También le daba un gran valor a la educación religiosa, siempre que ésta no tuviera un carácter dogmático ni confesional.
Hay tres planos a destacar en su pensamiento: 1) Pedagogía Naturalista, el niño debe ser educado en libertad, que pueda actuar a su modo en contacto con la naturaleza, 2) Un método: intuición global, 3) La finalidad es la educación.
En su pedagogía Naturalista se dejó guiar por su espíritu humanitario, dedicación al pueblo y a los pobres. Fue el creador de la escuela popular, abierta a todo el mundo, regenerada con espíritu social, no pública ni institucional.
Para Pestalozzi la función social de la educación es integrar a los niños de escasos recursos a la vida social, a través de la enseñanza de un oficio. Pensaba que sus propios alumnos - a largo plazo -, serían educadores del mañana. Tenía un concepto muy claro de los valores, para él la educación debía ser igualitaria, es decir, educar a gente marginada. Confiaba plenamente en las virtudes de la educación popular.
Como Roussoniano llevó a la práctica el naturalismo de Rousseau, por ejemplo: hasta los 11 años no enseñó a sus hijos a leer.
Con respecto al método intuitivo escribió:
“Yo creo que no se puede soñar en obtener el progreso en la instrucción del pueblo mientras no se hayan encontrado formas de enseñanza que hablan del maestro al menos, hasta el fin de los estudios elementales, el simple instrumento mecánico de un método que debe sus resultados a la naturaleza de sus procedimientos, y no a la habilidad de aquel que lo practica".
Pestalozzi todavía tiene una profunda influencia en todos los aspectos de la educación actual y es conocido como «el educador de la humanidad».
Como escritor, publica las siguientes obras:
“Veladas de un ermitaño” (1780)
“Leonardo y Gertrudis” (1781) novela pedagógica
“Cristóbal y Elsa” (1782)
“Mis investigaciones sobre la marcha de la naturaleza en el desenvolvimiento del género humano” (1797)
“Cómo Gertrudis enseña a sus hijos” (1801)
En 1803 el Gobierno publica sus tres libros elementales:
“El libro de las madres”
“A B C de la intuición”
“La Enseñanza intuitiva de las relaciones numéricas”
En Neuhof pasó los últimos años de su vida. Allí escribió “El Canto del Cisne”, una obra en retrospectiva que condensa los puntos capitales de su doctrina y los destinos, donde refiere las experiencias, a veces amargas de su vida de educador.
Fundador de la nueva escuela popular en Yverdon, con ochenta años de vida de dedicados al servicio del pueblo. Murió en Brugg, el 17 de febrero de 1827.
Fuente consultada: Zêus Wantuil – Francisco Thiesen “Allan Kardec – el educador y el codificador”